domingo, 28 de julio de 2013

Pivots: el ayer y hoy de una especie en extinción

En estos días, podemos ver como en la NBA hay una cierta escasez de pivot de calidad, lo que lleva a las franquicias a sobrepagar a los pocos que realmente rinden un poco por encima del rendimiento normal a día de hoy para los jugadores que ocupan esta demarcación. No obstante, no siempre fue así. De hecho, durante gran parte de la historia de esta liga, había una frase lapidatoria sobre ellos: "No se puede ganar un campeonato sin tener a un pivot dominador". Y es que muchos jugadores han dominado la nba desde dicha posición. Repasemos a algunos de los mejores.

George Mikan. No podemos repasar a los grandes pivots de la historia sin nombrar al pionero de todos, el que empezó la supremacía de los hombres altos. Dominador de la NBA en sus primeros años, Mikan guió a los por entonces aún Minneapolis Lakers a 5 títulos de campeón en sus 7 temporadas como jugador profesional. Tal fue su superioridad, que la NBA decidió, en la temporada 1951/52 ensanchar el límite de la zona de 3 segundos, para obligar a Mikan a estar más lejos de la canasta e intentar reducir su superioridad. Dicha norma fue conocida como "The Mikan Rule". Se retiró con solo 30 años influenciado en parte por las lesiones, y para pasar más tiempo con su familia. 



Wilt Chamberlain y Bill Russel. Hablamos en este caso de los que probablemente sean los 2 mejores interiores de la historia: Wilt Chamberlain por sus innumerables records tanto anotadores como reboteadores, y Russel por su capacidad defensiva y número de campeonatos ganados. Russell llegaría a la Liga en la temporada 1956/57, y sería la pieza perfecta del engranaje de la dinastía más grande nunca conjuntada en la historia del deporte americano. Gracias a su habilidad para defender, sus dotes natas de liderazgo, y su sacrificio constante, llevaría a los Celtics a la cima de la NBA 11 temporadas de las 13 que disputaría como jugador profesional. Por su lado, Chamberlain llegaría en la temporada 1959/60, y sería el mayor ciclón nunca visto hasta la fecha, y que probablemente nunca se vuelva a repetir. Dotado de unas condiciones físicas inigualables, podía correr la pista a la velocidad de los bases más rápidos de la actualidad, lo cual es impresionante si tenemos en cuenta sus 2.16 metros de altura. Anotador insaciable, posee hasta 71 records NBA en solitario, como son los 100 puntos en un partido, los 55 rebotes, o el único doble-triple doble de la historia, conseguido en 1968 ante los Pistons, con unos números de 22 puntos, 25 rebotes y 21 asistencias. Sin embargo, el gran lunar de la carrera de este grande es que sólo conseguiría alzarse campeón de la NBA en 2 ocasiones pese a que llegaría a 6 finales. Russell acabaría su carrera con unos promedios de 15.1 puntos y 22.5 rebotes, por 30.1 y 22.9 de Wilt.

Kareem Abdul Jabbar. Escogido en el 1º puesto del Draft de 1969, llegaba a los Milwaukee Bucks un joven desgarbado que respondía al nombre de Lew Alcindor. Tras una carrera universitaria llena de éxitos y records (algunos de los cuales siguen vigentes a día de hoy), el impacto de Alcindor fue inmediato, y se haría con el Rookie del año con unos promedios de 28.8 puntos y 14.5 rebotes. La temporada siguiente sería la del primer anillo de Alcindor y la franquicia de Wisconsin, gracias al soporte que supuso para Alcindor la llegada de Oscar Robertson al equipo. Esa misma temporada Alcindor, que en la postemporada se convertiría al Islam y adoptaría el nombre de Kareem Abdul Jabbar (cuyo significado es "noble y poderoso sirviente") ganaría el primero de sus 6 trofeos de MVP. Con un dominio total de los tableros tanto en defensa como en ataque, y muchos movimientos patentados por él, como el famoso Sky Hook, un gancho que recibe su nombre de gran altura que tomaba la parábola descrita por el balón al salir de la mano derecha de Kareem, camparía a sus anchas por las zonas de la NBA a lo largo de su dilatada carrera, con 20 temporadas a sus espaldas, y con un record absoluto de puntos anotados que difícilmente será algún día superado, con 38.337 puntos. Sería 10 veces finalista de la NBA, y se retiraría con un total de 6 anillos.





 Años 90: la etapa dorada de los pivots. Y no digo dorada por nada, ya que en esta época convivieron en la Liga algunos de los mayores dominadores que se han podido ver: La demoledora potencia física de Shaquille O'Neal, los bailes en el poste de Hakeem Olajuwon, la energía y capacidad de hacerlo todo y todo bien de David Robinson, el control absoluto de la zona de la gran manzana ejercido por Patrick Ewing. En definitiva, mucha calidad entre los hombres altos de este tiempo, y, salvo Ewing, que nunca pudo cumplir su promesa de llevar un entorchado a sus Knicks, todos han tenido carreras exitosas: 4 anillos por parte de Shaq, 3 de David Robinson, con la inestimable ayuda de un Tim Duncan que empezaba a forjar la leyenda que es hoy, y 2 para "Hakeem the Dream". Como reconocimiento a sus laureadas carreras, los 4 están entre los 50 mejores jugadores de los 50 primeros años de la NBA, los cuales fueron elegidos por la NBA en 1996.


 
Así, llegamos al día de hoy, donde la posición de pivot ha perdido importancia en su mayor parte, ya que el estilo de juego de los equipos de hoy en día no favorece en su mayoría a este tipo de jugadores (véase por ejemplo el juego de Mike D'Antoni, letal para jugadores altos) y muchos equipos demuestran que ya no es tan necesario como antes tener a un hombre grande dentro que domine en ambos lados de la cancha (el ejemplo más claro lo tenemos en los Miami Heat, finalistas en los 3 últimos años y campeones en 2 de ellos sin tener un pívot puro). Quizás la hora de estos gigantes este pasando, para dejar paso a un tipo de jugadores más exteriores, que puedan tirar de 6 metros o incluso de 3 para espaciar las defensas, y el viejo estilo de balones al poste se este perdiendo para siempre. Jugadores como Marc Gasol demuestran este tipo de evolución, combinando a la perfección un buen tiro lejano con capacidad intimidadora. 

Es posible que el juego de los pivots tal y como se ha concebido este cambiando para no volver a ser nunca igual. Pero siempre habrá espacio en nuestros corazones de aficionados de esta hermosa liga, para ese espigado chico que se parte la cara debajo de los aros para conseguir puntos y rebotes para su equipo.

Un saludo chicos.



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